El balcón




Entre nubes tenues de color rosa,  Magdalena se movía lentamente sin poder acelerar su marcha. Los pies le pesaban, las piernas no le respondían y ya casi se resignaba a no llegar  hasta el amplio balcón con macetones de florecillas azules y petunias rojas, donde su abuela tejía al atardecer.  De repente,  una brisa fresca onduló sobre su cara y se sintió mejor, a tal punto que logró asirse de la baranda de madera de su destino final. Cuando se asomó al vacío, divisó el mar azul, ése que tanto amaba y que le engullera su esperanza adolescente.  Volaría hasta él.  Pero un zamarreo en su hombro la hizo reaccionar. Cuando despertó, su abuela había abierto el ventanal y regañándola, la invitaba a levantarse.


2012

"
"

Comentarios

Alimento del alma

Alimento del alma
Del pintor italiano, Charles Edward Perugini (1839-1918)